Texto.- Ramón Vega Alonso/Fotos.- Abel Hernández y Ramón Vega
Esta aventura comienza como algo no premeditado ni estudiado de antemano, surge a medida que la conversación avanza y notas que te engancha desde el primer momento sabiendo que te vas a meter en ella. Todo comienza con un comentario en una charla entre compañeros sobre un vuelo realizado con mi hermano Felipe al aeródromo de Garray en Soria, en Enero de 2013 y el deseo expresado de conocer las ruinas de Numancia, próximas al aeródromo, pero que deberá ser en otro vuelo, con tiempo y más apoyo en tierra ya que Garray, en la actualidad y por desgracia, carece de la mas mínima infraestructura para aquellos que llegamos volando.
Impresionante la pista y las posibilidades de vuelo que existen en la zona, es digno de conocerse, pero una vez en tierra te encuentras en la más absoluta soledad. Carreteras sin asfaltar y casi tres kilómetros de camino andando hasta el pueblo, con un sol poco frecuente para esa época del año y las reservas de agua al mínimo, hicieron desistir de la pretendida visita a las ruinas de la gloriosa ciudad.
Cierto es que cuando se realizó este viaje, había cesado en sus servicios el gestor del aeródromo por lo que no había nadie que atendiera la frecuencia ni el bar… ni las tasas. Anticipo que ya existe designado un nuevo gestor de la infraestructura, al que deseo el mayor éxito en su gestión para el bien de los que deseamos operar en ese lugar, y de la comunidad aeronáutica en general.
Como dije, mi comentario llega a los oídos de mi amigo, compañero y vecino Abel.
Como dije, todo va surgiendo a medida que la conversación se va desarrollando y Abel apunta la idea de realizar una excursión aérea basándonos en Garray con un recorrido por los Castillos Sorianos que él conoce muy bien desde el suelo, lo cual, teniéndole como guía en el asiento de al lado, promete ser de lo más interesante.
Rápidamente se va perfilando el plan. Esta vez con apoyo en tierra y un coche para desplazarnos por la zona y hacer noche en Berlanga de Duero, con la promesa de degustar una de las mejores cocinas Sorianas, que merecerá un comentario aparte llegado el momento.
Bien, me gusta, volar y después comer son música para mis oídos, y si se complementa con una velada en un sitio como Berlanga de Duero ya está casi todo dicho. Solo queda trazar la ruta, de lo cual se encargará Abel, así como del apoyo logístico en tierra. Yo me ocupo de todo lo relacionado con el lado aire, avión combustible, vuelo y planificación.
El plan, a grandes rasgos, queda fijado en salir de mi base, el Aeródromo de Santo Tomé del Puerto en Segovia, que por su cercanía con los puntos previstos lo hace ideal para este proyecto, un vuelo de no más de dos horas con la llegada al aeródromo de Garray. Pernocta de la aeronave en sus instalaciones y al día siguiente vuelo de dos horas con regreso a Santo Tomé. Abel coordina con sus contactos en Soria la asistencia de un vehículo y el alojamiento y cena en Berlanga, a falta de fijar los días concretos.

El Grob 109 está listo y recién revisado.
El Grob 109 está listo, recién revisado y cambiadas las “tuberías” de aceite y combustible que por calendario le tocaban en esta ocasión. El vuelo de prueba en Ocaña, una vez solucionados pequeños problemas con el paso variable de la hélice Hoffman, me permite realizar la primera escapada a Requena. Otra vez será mi hermano Felipe quien se brinde a acompañarme.
Abro un paréntesis en la historia para realizar un apunte que considero necesario para entender lo que sucederá más adelante.
El motivo de ir a Requena es asistir a la invitación de nuestros amigos Valencianos para participar en la Paella Voladora de primeros de Septiembre. Es la segunda vez que asisto y su amabilidad está más allá de cualquier elogio que pudiera escribir. Me declaro participante asiduo de esta reunión de voladores, siempre que desgraciadamente otras obligaciones no lo impidan. Su presidente, Santi, nos atiende hasta en el más mínimo detalle con cordialidad y simpatía. Más tarde se convertirá en protagonista de la historia.
El Grob 109 Queda repostado, y listo en el hangar de Santo Tomé, el equipamiento incluye los calzos, cuerdas de amarre, un parasol de coche para cubrir el tablero, aceite, bolsa de utensilios y la imprescindible funda de cabina, debiendo renunciar al bidón de 20 litros de combustible para el repostado, pensando que en el peor de los casos podemos comprar uno en la gasolinera.
Ya solo queda esperar a la meteo para concretar los días. Saldremos con combustible a tope, los 80 litros del depósito, lo cual nos da la posibilidad de hacer las cuatro horas previstas de vuelo en caso de no poder repostar en Garray y tener un remanente suficiente a la llegada. El Limbach de 90 HP consume 16 l/h de gasolina de 98 octanos (o 100LL) pero en Garray no hay nada de esto. La intención, teniendo coche, es la conseguir un bidón de garantía en la gasolinera más cercana y repostar con 20 litros mas de combustible.
En dos ocasiones la meteorología no nos es propicia, y tenemos que suspender la ruta por la amenaza de tormentas en la zona, lo cual no hace más que agregar leña al fuego con los comentarios de lo que atractiva que se presenta la aventura.
Pido a Abel que localice los puntos de la ruta en coordenadas para poder introducirlas en el GPS y trazar los mapas, cosa que hace impecablemente, pues no fallamos en ninguno.
Traza dos rutas, una correspondiente al vuelo del primer día, que queda fijada en:
La distancia total del recorrido previsto es de 103 millas, pero que se aumentan hasta las 128,6 debido a las vueltas obligadas para sobrevolar, fotografiar y admirar los castillos y puntos de interés, giros en térmica y vuelos en ladera, para lo que el Grob resulta un avión ideal. El tiempo total de vuelo fue de 1h 32 min.
El segundo día la ruta prevista es:
Distancia prevista 152 millas, que se aumentan hasta las 187,7 siendo el tiempo total de vuelo de 2h 11 min.
Hacer un cálculo de la velocidad media no resultaría realista, pues es necesario recrearse en lo que estás viendo, y en ocasiones merece la pena dar dos o tres vueltas y cambiar de lado para que piloto y copiloto puedan admirar la belleza de las vistas aéreas que se nos ofrecen. En realidad disfrutar volando, que es nuestro propósito. No obstante está previsto que en tramos rectos volemos a 160 Km/h. de indicada y en los virajes a 100, que es la optima recomendada para vuelo térmico.
Por fin los pronósticos anuncian buen tiempo los días 23 y 24 de Septiembre. El Domingo día 22 quedamos en mi casa para introducir las coordenadas de los puntos de ruta, y revisar los mapas y espacios aéreos a sobrevolar. En el TMA de Madrid no hay problemas, la altitud permitida está muy por encima de la que vamos a llevar, pues no deseamos subir de los 4500 o 5500 pies MSL, salvo en aquellos puntos en los que la orografía nos obligue, para lo cual aprovecharemos las cualidades veleras del G-109. El segundo día tras pasar el VOR de BAN, entraríamos en el TMA de Zaragoza a 5500 pies máximo, para llegar al pueblo de Monteagudo.
Los alternativos son Covaleda, Corral de Ayllón y Robledillo en cada caso, bien señalizados en la carta de ruta y en el GPS.
Salimos en coche de Madrid a las 9 de la mañana, para llegar a Santo Tomé a las 10:15. Durante el fin de semana no es posible contactar con el número de teléfono que figura en la carta de Garray, correspondiente a la Diputación Provincial de Soria a fin de recabar los permisos correspondientes según se indica en la misma. Así pues lo intentamos pasadas las 10:00 de la mañana, y tras varios intentos nos indican que precisamente hoy está el señor que se encarga de ello, pero que no está en ese momento y nos piden el nombre y número de teléfono para un posterior contacto.
Al poco tiempo suena el teléfono y me saludan con una cordialidad que nos causa sorpresa y cierta incredulidad, “Quien me conoce a mí en la Diputación Provincial de Soria”…?. Es Santi, el Presidente del Club Aéreo de Valencia y Gerente de Airpull, quien atiende la llamada. No lo puedo creer, pero si yo quiero ir a Garray…
La Diputación provincial de Soria ha sacado a concurso la gestión del aeródromo de Garray, y es Airpull quien se ha adjudicado el concurso. Santi y su encantadora esposa acababan de “aterrizar” en Soria para tener un primer contacto con la administración, y lo primero que le pasan es la llamada de un “chalao” que quiere aterrizar allí.
Nos reímos un rato y celebramos el encuentro y mi amigo Abel, que está en todo, propone que comamos juntos en Soria. Ellos se ofrecieron a ir a buscarnos al aeródromo, ya que habían viajado en coche y pensaban regresar a Valencia después de comer. Y así quedamos.
En Santo Tomé paramos a tomar un café en el Rubesara, cosa que se agradece a esa hora y a comprar unas botellas de agua pues, visto el día que hace, nos van a ser necesarias. Abel se ha olvidado la gorra, y pedimos ayuda en el Bar, donde amablemente y tras una visita al almacén, nos regalan dos gorras de propaganda de “Shandy”, de color verde y muy adecuadas para la ocasión, lo cual agradecemos sinceramente, ante la ya conocida amabilidad de quien lo regenta.
Avión listo y revisado. Se colocan las mochilas con el escaso equipaje y la provisión de cámaras de fotos y video. El viento es muy ligero y está bien aproado a la pista 30 de Santo Tomé, cielo completamente despejado y temperatura 21 grados. Calamos el altímetro a la altitud del campo, 3600 pies y nos da un QNH de 1019, lo comprobaremos con los ATIS de Barajas si se reciben.
Hacemos el calentamiento y prueba de motor, paso, revoluciones y todo esta correcto. Parámetros de motor en verde y nos vamos al aire a las 12:09 hora local.
El Grob sube bien, no hace calor y tras conseguir los primeros 200 pies sobre el campo, entramos en el circuito para hacer la primera reducción de motor, presión de admisión a 24 pulgadas y 2700 rpm. Seguimos subiendo con normalidad, por lo que aproamos al primer punto de la ruta, la cercana Ermita de Hontanares, bien visible en la ladera de la sierra de Ayllón y Riaza a su pié.
Ponemos régimen de crucero, 21 pulgadas y 2.600 rpm. Y nos dejamos subir por las ascendencias que encontramos por el camino. Cuando el vario se descara con ascendencias de 3 metros por segundo cortamos motor y viramos ceñido para subir en térmica, así conseguimos los 5000 pies en un momento, volvemos al régimen de crucero y dejamos que el avión se vaya acelerando poco a poco hasta los 160 Km/h de indicada, compensándolo con un poco de morro abajo para liberar presión en los mandos y así mantener la temperatura del aceite dentro de los valores recomendados.
La atmosfera esta en calma, y el vuelo es tranquilo y sin movimientos térmicos incómodos por lo que es posible mantener la altitud sin demasiadas complicaciones. De vez en cuando cruzamos buenas térmicas cuyos ascensos nos permiten ganar algo más de velocidad, no queremos ascender así pues y teniendo en cuenta que después de una ascendencia va a aparecer su correspondiente descendencia, lo que por un lado se gana por el otro se pierde, el resultado es un vuelo divertido y razonablemente estable.
La visibilidad es excelente, podemos ver con claridad los Picos de Urbión, que serán la meta de nuestro recorrido, y a la derecha, en la lejanía, el Moncayo.
El siguiente punto de la ruta está a la vista, Tiermes. Abel se orienta y nos dirigimos hacia las excavaciones de la antigua ciudad, primero Celtibérica aliada de Numancia y posteriormente

Municipium Romano de Termancia.
Hay que prestar atención al pico que tenemos a la derecha, sorteándolo para hacer las pasadas lo más largas posible, no obstante rodeamos la zona por dos veces para tener ocasión de hacer fotos. Motor reducido y velocidad a 100 Km/h, perdemos 250 pies aproximadamente que enseguida recuperamos al meter motor y aproar el siguiente punto de la ruta.
En los tramos rectos se recupera la altitud con facilidad aprovechando con mimo las ascendencias, con régimen de crucero y sin llegar a virar térmicas, manteniendo 4500 pies como media y tratando de localizar nuestro siguiente objetivo que será el Castillo de Caracena.

Castillo de Caracena
Impresionante edificación medieval, que llama la atención por su aislamiento, separado de la villa que le da nombre, y que en su día fue ciudad importante. Son visibles los restos de las murallas que lo rodean y que junto con las defensas naturales proporcionadas por los barrancos que le protegen, da idea de su poder y grandiosidad.
Bien vale perder unos cuantos pies y bajar a contemplar esta maravilla, rodeándole por dos veces y alejándonos para poder sobrevolar sus dos flancos. Con el motor cortado y a 110 Km/h no se pierde demasiada altura, procurando alabear para sacar del encuadre el ala de nuestro motovelero.
Ponemos rumbo al Burgo de Osma, que puede verse en la lejanía, dejando a la derecha el castillo de Gormaz, visible desde kilómetros por su situación en lo alto de un cerro aislado que visitaremos mañana. Nuestro objetivo es Osma, con las ruinas de su castillo edificado en un escarpado monte protegido por la unión de los ríos Ucero y Abión y casi en el mismo rumbo Ucero, antesala del Cañón del rio Lobos.
El vuelo sigue siendo apacible, mantenemos una buena media en los tramos de enlace y son miles los comentarios que se suceden por parte de Abel sobre lo que vemos y lo agradable que está resultando la experiencia para ambos.

Castillo de Ucero
El Castillo de Ucero, de origen Templario, guarda la entrada al Cañón. Parece uno de los típicos castillos de nacimiento. Su torre del homenaje es cuadrada con almenas en la parte superior. Lo rodeamos varias veces a fin de conseguir el mejor encuadre y que el sol no moleste demasiado. No importa perder un poco de altura, pues inmediatamente rodearemos el Cañón del rio Lobos.
Respetando las distancias como Espacio Natural Protegido, solo uno puede ser el afortunado que lo tenga a la vista, pues hay que colocarse separado en uno de los laterales del cañón para que sea visible bien por la derecha o por la izquierda y poder contemplar la belleza del paisaje. Dejo que sea Abel quien disfrute en esta ocasión para que haga fotos y video, y me sitúo a la izquierda del cortado, no sin dejar de pensar que tendré que volver en otra ocasión para hacerlo por el lado contrario. Algunos buitres vuelan cerca de las paredes. Con el motor muy bajo de vueltas y aprovechando el coeficiente de planeo del Grob procuramos pasar desapercibidos. No obstante mirando siempre fuera, no se ve a ninguno volar a térmica.

La ermita de San Bartolomé, de origen Templario
La ermita de San Bartolomé, de origen Templario, guarda los misterios de esta orden, y según me explica Abel, es un lugar equidistante en metros entre los puntos más externos al Este y al Oeste de la península. Yo me conformo con volar que ya es suficiente misterio para mí.
Sobrevolado el cañón recortamos la ruta hacia la montaña. Los Picos de Urbión se presentan delante. Calculo que tendremos que subir hasta los 7500 pies, así que tenemos que ganar casi tres mil pies o quizás algo más. Ponemos rumbo hacia Duruelo, a los pies de los picos, aunque mi referencia es la parte más alta de la montaña, pues justo detrás está la laguna negra.
El paisaje se cubre de pinares muy espesos, es la zona más verde de la provincia en comparación con lo que hemos sobrevolado anteriormente. (Pienso en lo ricas que deben estar las setas que se críen a su sombra). Sobrevolamos Navaleno y al poco divisamos una estrecha línea blanca entre el verde de los pinos. Es la pista de Covaleda, utilizada por los aviones de extinción de incendios. A medida que nos acercamos podemos ver que es una buena pista para una toma sin problemas en caso de necesidad.
Trato de subir a térmica, pero no son nada estables, (con tanto verde debajo…) damos unas vueltas donde parece que el vario se alegra, pero no subimos mucho, por lo que decido acercarme a la ladera, con el motor más alegre a 25 pulgadas y subiendo las revoluciones a 2700, hemos conseguido 5800 pies, a costa de subir un poco la temperatura del motor.
Vigilando la temperatura del aceite y volando lo más rápido que se puede, al llegar a la ladera el vario se clava en un + 1,5 m/s y se nota un ascenso suave y uniforme, lo que permite reducir las revoluciones y poner el motor a 15 pulgadas. Enseguida vemos las rocas de la cumbre, y en un par de pasadas por la ladera, coronamos por encima de los picos. Estamos a 7300 pies, y aún subimos un poco más para pasar al otro lado.
Ahora es cuestión de relajarse, y de disfrutar del increíble paisaje de los Picos de Urbión, del nacimiento del rio Duero y la laguna de Urbión casi en su cima cubriendo el fondo de un embudo natural en la montaña.

Laguna de Urbión

La Laguna Negra
La vista es espectacular y damos un par de vueltas por la ladera, esta vez por puro placer, antes de pasar al otro lado en busca de la Laguna Negra.
Entre pinos y rocas aparece la laguna y según la rodeamos el color del agua va cambiando dependiendo de los reflejos del sol. Bajamos lo que razonablemente se puede, pues las cumbres de las montañas nos rodean, y siempre hay que tener clara la vía de escape.
Con velocidad, y siempre pensando en la salida, rodeamos dos veces el lago, disfrutando de vistas maravillosas, alabeando para quitar el dichoso ala del encuadre.
La salida es fácil, solo hay que dejarse caer por el valle hacia el pantano de la Cuerda del Pozo. En vuelo planeado, a buena marcha y con el motor al ralentí bajamos por el valle en busca de Vinuesa. Tenemos que perder 3500 pies en el descenso.
De vez en cuando subo las vueltas del motor, aunque no hace demasiado frio y estamos volando fuera de nubes, considero que es mejor prevenir que se enfrié demasiado el aceite por volar con motor cortado durante tanto tiempo.

Embalse de la Cuerda del Pozo, emergiendo de él la torre de la iglesia de La Muedra
A la altura de Vinuesa nivelamos a 4000 pies para sobrevolar el embalse de la Cuerda del Pozo y seguir uno de sus brazos en busca de la torre de la Iglesia del pueblo de La Muedra, que quedó sumergido por sus aguas en el año 1941. Este embalse cuenta con unas magnificas playas de interior como Playa Pita y es centro de actividades náuticas según pudimos observar por los embarcaderos y las canoas que eran visibles.
Cruzamos el embalse y nos dirigimos hacia la ladera que tenemos enfrente. La sierra de Cabrejas no es demasiado elevada pero tiene una longitud de casi 26 kilómetros hasta su remate en el Pico Frentes. El viento no es fuerte, pero me pego a la ladera con el motor bajo de vueltas manteniendo bien la altitud a 4500 pies. Los voladores de Garray seguro que conocen muy bien sus cualidades en condiciones de viento Norte.
Dejamos a nuestra izquierda Abejar, Herreros, Villar del Monte, Cidones y Ocenilla para terminar rodeando el Pico Frentes, con Soria a la vista a nuestra derecha, y la pista de Garray a la izquierda. Destaca la Ciudad del Medio Ambiente y las obras paralizadas de la Cúpula de la Energía.

Aeródromo de Garray – Soria (LEGY). Al fondo La Cúpula de la Energía.
Llamamos en la frecuencia de Garray, pero no contesta nadie, por lo que anunciando nuestra presencia entramos en viento en cola derecha a la pista 27 para ver la manga, que está casi en calma, mejor para la 27, por lo que completamos el pre-aterrizaje, luces, bomba, paso, velocidad en su sitio. No se observa a nadie volando por los alrededores, anunciamos el viraje a base y sin sobrevolar el pueblo de Garray hacemos el tramo final con altura suficiente con motor cortado y aerofrenos a discreción para una toma de tres puntos después de los números. Aerofrenos fuera, palanca atrás, parada y 180 para hacer un retroceso por la pista hasta la salida a la plataforma, anunciando pista libre. El cronómetro marca 1h y 32 minutos. Siendo por tanto la llegada a las 13:41.
En la plataforma hay otra aeronave, un ultraligero de última generación, aparcamos a su lado con cuidado de no rozar las alas, ya que la envergadura del Grob, no encaja con las rayas pintadas en el suelo y que delimitan las zonas de aparcamiento.
A la llegada nos espera Santiago y su esposa y los pilotos de la otra aeronave, que también va a pernoctar en Garray y nos ayudan a aparcar. Aseguramos el avión con freno y calzos y atamos las alas a dos fijaciones disponibles en el suelo, pero que evidentemente tampoco están previstas para la envergadura del Grob. No obstante son un buen remedio. Cubrimos el tablero de instrumentos y ponemos la funda de cabina ya que el sol calienta bien y el avión queda listo para su pernocta. Así termina el lado aire de este primer día.
Tras los saludos de rigor, y apretando el apetito, recogemos los bártulos y salimos camino de Soria. Abel nos guía por sus calles hasta cerca de la Plaza del Ayuntamiento.
Nuestro destino es el Mesón Castellano donde éramos esperados y somos recibidos con sincera cordialidad. Naturalmente Abel tiene que ver en todo esto.
Puedo asegurar que la anhelada cerveza que tomé como aperitivo, solo fue la antesala de una comida exquisita en una compañía no menos agradable. Menú degustación con especialidades de la tierra. Destaco unos Torreznos que se derretían en la boca y unas Migas de Pastor salpicadas de uvas negras que despertaron los recuerdos de la Esposa de Santi haciéndonos compartir su emoción.
Al terminar la comida nos despedimos de nuestros acompañantes, con cierto pesar, pues ellos tienen la ingrata tarea de conducir hasta Valencia y nosotros, con las mochilas al hombro, partimos en busca de AVIS para alquilar un coche que nos sirva para los recorridos por tierra.
De camino propongo a Abel que en la primera gasolinera tratemos de conseguir un bidón y así dejar repostado el avión para el vuelo de mañana.
Una vez conseguido el automóvil y ya en la gasolinera, me doy cuenta porque la vida en estas ciudades es diferente. Todos lo decimos pero es necesario comprobarlo en los pequeños detalles. Todo parece fácil, incluso conseguir los bidones, y si mañana los devuelvo me devuelve el dinero… Además por una propina adecuada mañana nos hace de chofer y nos llevará al aeropuerto devolviendo el coche alquilado. Me daban ganas de abrazar al empleado de la gasolinera. ¡Vaya!… nos va a hacer falta un embudo. No importa… allí hay un chino y problema solucionado.
Repostado el avión regresamos a Soria, para hacer una visita a la ciudad. La atalaya donde está situado el Parador, permite una visión completa de la ciudad, lugar agradable para el paseo.
Camino de la Ermita de San Saturio, patrón de la Ciudad, El Duero se convierte en protagonista ya que sin atravesarla, discurre abrazándola por su lado Este formando un agradable paseo de álamos, cubiertos de “… nombres de enamorados, cifras que son fechas.” como escribió el poeta Antonio Machado describiendo este mismo lugar.
Bien avanzada la tarde, salimos hacia Gormaz, siendo nuestro destino final Berlanga de Duero.
La vista del Castillo de Gormaz no puede pasar desapercibida para el viajero, bien sea por tierra o por aire. Quizás da una mayor sensación de grandiosidad la cercanía de las murallas por lo que la visita por tierra es muy aconsejable.
Castillo… o recinto amurallado, de origen musulmán como así revelan los arcos de herradura que forman sus puertas. Edificado en la cima de un monte aislado rodeado por el rio Duero, es visible desde kilómetros. Magnifica referencia que destaca en el horizonte.

Castillo de Gormaz

Castillo de Gormaz
Fue el más grande enclave defensivo entre las zonas cristiana en el norte y musulmana al sur, siendo el Duero su frontera natural. Su historia está llena de batallas durante la reconquista y cambios de dominio, llegando a ser el Cid Campeador señor del Castillo.
Es fácil dejarse llevar por la imaginación una vez dentro del recinto, asomándose a sus muros ya entrada la noche y observando la oscuridad, imaginando como sería entonces sin ver las luces de los pueblos que nos rodean. No deja indiferente al visitante pasear por el interior de sus murallas solitarias.
La llegada a Berlanga de Duero se produce pasadas las 9 de la noche. Abel ha coordinado nuestra estancia en el Mesón Fray Tomás y el restaurante Casa Vallecas, siendo recibidos con la cordialidad que brinda una amistad que viene de sus años mozos.
Carlos es el “Chef” y propietario. No pidas nada, el ya sabe… así pues con solo la comanda de un vino de la ribera del Duero, que resultó excelente, esperamos la presentación de sus especialidades. La degustación de platos de alta cocina en una sucesión continua de elaborados manjares y cuidada presentación fue una delicia para mi inesperada. No recuerdo con exactitud los platos que nos fueron presentados y de los que dimos cumplida satisfacción, solo recuerdo que tuvimos que parar tras las dos últimas propuestas, un lomo de bacalao exquisito y un solomillo de Jabalí no menos impresionante, para terminar con un surtido de postres que dieron fin adecuado a la velada. Un agradable paseo y una muy grata conversación pusieron el punto final a un día lleno de detalles para el recuerdo.

Berlanga de Duero
Ermita de Hontanares N41 17.100 W3 26.100
Tiermes (Termancia) N41 19.700 W3 08.983
Caracena N41 22.717 W3 05.700
Osma N41 34.933 W3 04.983
Ucero N41 42.967 W3 03.033
Urbión (Laguna negra) N42 00.250 W2 51.883
Vinuesa N41 54.417 W2 45.433
La Mudra – Pantano de la Cuerda del Pozo N41 53.261 W2 43.636
Pico Frentes N41 48.035 W2 43.702
Soria (Sur) N41 45.000 W2 28.170
Garray (LEGY) N41 49.266 W2 28.628
Calatañazor N41 41.917 W2 49.067
Paso del Andaluz N41 31.567 W2 48.517
Gormaz N41 29.567 W3 00.567
Berlanga de Duero N41 27.800 W2 51.683
Rello N41 19.983 W2 45.050
VOR de BAN N41 19.417 W2 37.800
Monteagudo N41 21.867 W2 10.233
Montuenga N41 13.533 W2 12.833
Medinaceli N41 10.233 W2 26.083
Atienza N41 12.067 W2 52.283
Abel es Soriano hasta la médula, quien inmediatamente cuenta la historia de los Numantinos y como se efectuó el famoso asedio y cerco. Escipión, Los Romanos… Es una delicia escucharle y siendo gran conocedor de la historia de su región, la conversación deriva hacia algo más amplio de lo que en principio pretendía ser conocer las ruinas de Numancia. Castillos… Línea defensiva del Duero… Calatañazor… La España Medieval… La reconquista…